Jerarquía, Redarquía y Política


Jerarquía, en su acepción social, podríamos definirla como el orden que se establece entre las personas a partir de una única línea de cadena de mando. El ejemplo más evidente es el que define y caracteriza a la estructura militar.

El neologismo Redarquía todavía no aparece con normalidad en los diccionarios aunque, buscando un paralelismo con el vocablo anterior, podríamos decir que atiende al orden que se establece entre las personas a partir de varias líneas de cadena de mando entrelazadas de forma cruzada entre sí (a la manera de un arte de pesca). Por ejemplo, la configuración de trabajo participativo en la creación y desarrollo de los programas informáticos de código abierto lo definiría perfectamente.

Por su parte, la Política es la actividad humana que trata del gobierno de la sociedad a partir de la acción del Estado, entendido este en sus múltiples versiones geográfico-administrativas (nación, región, municipio, etc.). Por tanto, es evidente que la Política deberá organizar y organizarse a partir de algún sistema de distribución de mando y competencias.

Es un hecho contrastado que históricamente los colectivos sociales, en cualquiera de sus manifestaciones, han estado estructurados de forma jerárquica, asumiendo esa herencia primitiva de la ley del más fuerte que ha reinado secularmente en la Naturaleza y ya protagonizaba la vida de nuestros primitivos ancestros. El paso de los siglos no ha logrado cambiar mucho esta situación, pues la Jerarquía va indisolublemente asociada al Poder y este a los deseos más profundos del ser humano por conseguirlo y perpetuarlo (¡…mi tesoooro…!).

redarquia1.jpgPues bien, la aparición de un nuevo concepto de interacción organizativa social (también puede ser empresarial, deportiva, etc.) que descentralice el Poder jerárquico se ha comenzado a demostrar como posiblemente más eficiente, pues así ha ocurrido en aquellos pocos reductos donde se ha logrado practicar y no ha sido limitada por el mismo Poder (casos de éxito como Google o el F.C. Barcelona lo atestiguan).

De todo ello seguramente no deben ser conocedores aún los partidos políticos cuya propia estructura organizativa es tan férrea y endogámicamente jerárquica que genera tales despropósitos como que la actual campaña electoral para la elección de gobiernos autonómicos y municipales en España está siendo, una vez más, protagonizada mediáticamente por sus primeros directivos nacionales cuyo discurso de ámbito nacional, tan alejado de los temas domésticos que nos ocupan y preocupan, bien podría servir exactamente para las elecciones generales del próximo año, aunque estas no lo sean.

Un sistema redárquico de regulación interna en los partidos políticos propiciaría que fueran principalmente los candidatos locales aquellos quienes tomasen el protagonismo de la presente campaña (la suya), trasladando sus propuestas programáticas locales y específicas de mejora a sus electores. Precisamente lo que se vota en estos comicios.

Al final, no puede haber mayor paradoja que la propiciada por quienes se nos muestran repetida y cansinamente en los espacios electorales de todos los telediarios nacionales y que finalmente nunca son los que aparecen en las listas electorales locales y a quienes finalmente solemos elegir sin apenas conocer, precisamente por que todos sabemos que ellos solo son peones en una estructura jerárquica que siempre les dictará lo que deben y pueden hacer… 

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro